Foreigners are Being Watched
Lahore, Pakistan, 2003.
The video sculpture takes a newspaper headline at the time of the „War on Terror“ and juxtaposes it to a poem of Pablo Neruda:
Ésta es la casa, el mar y la bandera. Errábamos por otros largos muros.
No hallábamos la puerta ni el sonido desde la ausencia, como desde muertos.
Y al fin la casa abre su silencio, entramos a pisar el abandono, las ratas muertas, el adiós vacío, el agua que lloró en las cañerías.
Lloró, lloró la casa noche y día, gimió con las arañas, entreabierta,
se desgranó desde sus ojos negros, y ahora de pronto la volvemos viva, la poblamos y no nos reconoce:
tiene que florecer, y no se acuerda.
Here are the house, the sea, the flag. We wander past other long fences.
We couldn’t find the gate, nor the sound of our absence—as if dead.
At last the house opens its silence, we enter, step over abandoned stuff, dead rats, empty farewells,
the water that wept in the pipes.
It wept, the house—wept, day and night; it whimpered with the spiders, ajar,
it fell apart, with its darkened eyes—
and now, abruptly, we return it to life, we settle in, and it does not recognize us: it has to bloom and has forgotten how.